miércoles, 28 de septiembre de 2011

Bienvenido al barrio...

Eran las ciudades de las oportunidades, capitales de provincias, epicentros de los países más desarrollados de Occidente: Los Angeles, New York, Miami, Lisboa, Madrid, Barcelona, París, Londres, Berlín... Focos de comercio, prosperidad, negocio y futuro. Mercados ávidos de transacciones, mucha demanda, oferta contenida.

Entonces algo empezó a moverse en el Este. Un cuerpo enorme, vigoroso, escamado, se acurrucaba bajo sus alas, agitando levemente su cola. Olvidado durante años, el enorme Dragón Chino comenzaba a despertar de su letargo y sus enormes ojos se entreabrieron.
Millones de chinos dejaron su país para emigrar y hacer fortuna, para ver cumplido el sueño americano, el sueño europeo, sin dormir si quiera. Poco a poco, alargando su desperece, el Dragón dio muestras de su recuperación y su pronta adaptación a los sistemas económico que le rodean, Europa y EEUU, por lo que las llamadas "ciudades de las oportunidades" se quedaron pequeñas.

La colonización silenciosa se extendió al resto del mundo, y hoy mi barrio, tu barrio y cada día el de más gente conoce al Chino Cosmopolita. Ese que tanto nos sorprende y del cuál trata este Blog. Eso hasta que algún día, y ese día llegará, el Dragón asiático despierte definitivamente. Entonces desplegará sus alas y cubrirá el mundo. El resto es impredecible, pero posiblemente este Blog se apagará, así como las panaderías, supermercados, pescaderías, peluquerías, y demás negocios occidentales que a día de hoy tiemblan por los suspiros del gigante asiático.

La expectación de que algún día asombrará, agranda su leyenda. Mientras tanto, déjenme que les cuente mi experiencia con el chino cosmopolita...

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